5 de abril de 2020
El turismo fue tal vez el primer sector que sintió el garrotazo económico del coronavirus y será uno de los últimos en recuperarse. No es fatalismo, hay que asumirlo. Pero no todo está perdido, por el contrario, es sorprendente el optimismo de la gente del sector.
Los amigos con los que hablamos nos dicen estar ansiosos por empezar de nuevo, reabrir la operación y darle impulso a esta actividad con más ganas. Eso nos emociona.
No somos adivinos y en las actuales circunstancias es difícil predecir qué puede pasar, pero con base en muchas conversaciones con dirigentes del turismo colombiano y colegas periodistas de otros países, hemos construido un listado de las 11 tendencias que marcarán la actividad turística en los próximos meses:
- Los vuelos comerciales tardarán en normalizarse
Aunque las aerolíneas dicen estar listas para reiniciar operaciones tan pronto termine el actual aislamiento obligatorio, el 13 de abril, de manera extraoficial se cree que el Gobierno no permitirá reanudar la operación comercial todavía y lo más posible es que solo haya vuelos comerciales desde el 1 de junio. El reinicio de operaciones será lento, con pocos aviones y pocas frecuencias en un proceso de normalización que puede tomar varios meses.
- Las tarifas van a bajar a niveles impensados
Muchos amigos nos dicen que uno de los retos es defender las tarifas a como dé lugar. Como filosofía de negocio es válido, pero no creemos que vaya a ser posible en la realidad. Creemos que vendrá una etapa de subsistencia para las empresas turísticas en la que la gran mayoría buscará apenas sobrevivir en medio de condiciones muy adversas y una bajísima demanda. La recuperación tardará meses, creemos que se irá hasta muy entrado el 2021 y en ese largo camino, tristemente, muchos van a desaparecer. Los que puedan sostenerse, lo harán, aunque tengan que recurrir a la estrategia de las bajas tarifas.
- Las tarifas aéreas no caerán tanto como las de otros sectores
Aunque habrá una fuerte presión hacia la baja en todos los eslabones de la cadena, la aviación comercial no podrá sostener tarifas muy bajas como los demás sectores por 2 razones.
-Es posible que, durante un tiempo, como medida de prevención, se obligue a las aerolíneas a no vender los asientos del centro, para mantener una distancia mínima entre los pasajeros. Es decir, un avión promedio que vuela con 28 filas de a 6 sillas, 3 a cada lado, deberá dejar libre las dos del medio. Venderá solo 4 de esas 6 sillas, las 2 ventanillas y las 2 del pasillo. Eso significa reducir la capacidad del avión en un 33%. De las 168 sillas que tendría ese avión, que usamos como ejemplo, solo se podrán vender 112. Quiere decir que los costos del vuelo no se dividirán entre 168 pasajeros sino entre 112.
-La segunda razón es que se incrementarán las medidas de limpieza y prevención. Es decir, cada avión tendrá que estar más tiempo en tierra entre un vuelo y otro para cumplir con protocolos de higiene mucho más exigentes. Y posiblemente las compañías aéreas tendrán que contar con personal adicional para acondicionar todo antes de cada vuelo. Eso se traducirá en una menor eficiencia de la operación que redundará en mayores costos.
- Los primeros viajeros no serán los que buscan vacaciones
Algunos amigos del turismo nos han dicho que, pasada la etapa de confinamiento en las casas, la gente sentirá la necesidad de salir para contrarrestar la sensación de encierro. Nosotros creemos que la gente saldrá a fincas o pueblos cercanos, pero no tomará vacaciones de forma inmediata. Los dos primeros segmentos que se animarán a volar, creemos que serán estos:
-Viajeros que algunos llaman étnicos, o sea, que estudian o trabajan lejos de sus familias y van a regresar apenas puedan. Y volverán a viajar con frecuencia como habitualmente lo hacían.
-Los corporativos de nivel medio. Los presidentes de compañías se cuidarán mucho y evitarán los desplazamientos. Y los viajes de empleados de menor nivel serán muy restringidos. Empezarán a volar algunos ejecutivos comerciales, ingenieros y técnicos que desarrollan su trabajo, necesariamente, de forma presencial.
- Los hoteles reabrirán lentamente desde mayo
Muy pocos hoteles están prestando servicio aún y por supuesto algunos lo hacen solo para casos especiales pues no están llegando viajeros a ningún lado. Aunque en principio, la medida de aislamiento social obligatorio solo va hasta el 13 de abril, en el sector hotelero existe la casi certeza de que la situación se prolongará hasta final de mes. Por eso, la mayoría de los hoteles de cadena y muchos hoteles independientes han manifestado su intención de reanudar su operación el 1 de mayo.
La dinámica en los complejos hoteleros cambiará un poco. Desaparecerán los buffets por un buen tiempo y la alimentación será servida a la mesa o en muchos casos, con seguridad, los viajeros optarán por el room services para evitar contacto con otros huéspedes. En las habitaciones solo habrá lo necesario, desaparecerán los objetos decorativos, los revisteros y demás elementos que no sean indispensables pues los viajeros buscarán absoluta asepsia.
- El turismo ha perdido un muy buen segmento
Los mayores de 60 años, por ser más vulnerables al virus, serán más temerosos para salir. Y este segmento es muy representativo para cierto tipo de turismo, especialmente resorts todo incluido y cruceros. Pasará mucho tiempo antes de que retomen su ritmo normal de viajes, lo que golpeará mucho las finanzas del sector pues este segmento tiene por lo general los dos elementos más importantes para hacer turismo: dinero y tiempo libre.
- Los viajes vacacionales serán cercanos e individualistas
Los viajes por placer van a reaparecer muy tímidamente, pero se programarán en pareja o grupos familiares muy pequeños. Y las personas van a querer estar lo más aisladas posible del resto de los turistas. Además, todos buscarán destinos cercanos, en principio, lugares a donde puedan llegar en su propio carro, quienes tienen esa opción. El turismo doméstico se reactivará primero y tendrán mejor ocupación aquellos alojamientos rurales y destinos que no hayan construido su modelo sobre la base de atractivos concurridos.
- El turismo internacional regresará en 2021
Aunque los vuelos comerciales se reanuden más o menos en junio, al principio la gente no va a querer ir al exterior, además muchos países, posiblemente, van a restringir el ingreso de extranjeros. Los destinos estrella que soportaban en buena medida las cifras de muchos mayoristas y agentes de viajes, no se recuperarán este año, como es el caso de España, Turquía y México. Dependiendo de la evolución de la pandemia los viajeros podrían estudiar la opción de viajar al exterior solo para la temporada de fin de año, pero no habrá una recuperación real hasta el 2021, y eso si los contagios logran ser controlados de manera efectiva.
- Los cruceros tendrán las ocupaciones más bajas de la historia
Los grandes barcos están parados en los puertos. El Monarch, que es el que opera regularmente en Colombia con embarque en Cartagena, está actualmente anclado en Colón (Panamá). Y aunque las navieras dicen que esperan volver a navegar desde finales de mayo o principios de junio, va a ser difícil encontrar viajeros y puertos que permitan su llegada. Algunos creen que mantener un barco quieto en un puerto es tan costoso y complejo que las empresas van a querer navegar con las condiciones mínimas para la operación. Si así fuera, con seguridad los pasajeros que estén dispuestos a embarcarse en este tipo de planes van a encontrar bajas tarifas y pocos compañeros de viaje a bordo.
- El panorama más oscuro es para el turismo de eventos
En la lógica de la lucha contra el virus, uno de los postulados principales tiene que ver con evitar las aglomeraciones. Salones de eventos, recintos feriales y plazas de conciertos, por ejemplo, son lugares en los cuales se puede propagar el contagio fácilmente, así que están prohibidos hasta nueva orden. Eso pone en una situación muy difícil a los llamados OPC (operadores profesionales de congresos), a las empresas de logística de sonido, video, tarimas, etc.; y a muchos hoteles cuyo componente de grupos es significativo.
Los grandes eventos de ciudad, que atraen mucho turismo, tampoco se podrán realizar. Este año, creo, no tendremos Festival del Bambuco en Neiva (junio), ni Torneo Internacional del Joropo en Villavicencio (junio), ni Feria de las Flores en Medellín (agosto)… y tal vez ni siquiera haya Feria de Cali (diciembre).
- El gran reto será recuperar la confianza del viajero
El turismo tendrá que afrontar muchos cambios y muchos desafíos: Tenemos un dólar carísimo que influye en los costos de las tarifas aéreas, las grandes cuentas corporativas están revaluando sus presupuestos de viajes, muchas personas han perdido sus trabajos y no van a tener dinero para viajar en un buen tiempo, etc. Pero el mayor desafío, sin lugar a dudas, será recuperar la confianza de las personas para que vuelvan a salir tranquilas de sus ciudades. La gente durante mucho tiempo va a sentir miedo de pasar por los aeropuertos o las terminales de transporte, no se va a sentir a salvo en un avión o en un bus… muchos van a querer mantener las medidas de aislamiento de forma voluntaria por el mayor tiempo posible. Y eso por supuesto, será un factor que va a dificultar la recuperación del turismo.
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Finalmente, aunque el panorama es muy complejo, hay que recordar que el turismo, especialmente en Colombia, ha demostrado una capacidad de resistencia que raya con lo increíble. Un sector que ha sido capaz de reponerse a todos los momentos dolorosos que todos recordamos y no queremos ni mencionar, también podrá recuperarse de esta crisis. Ojalá que pueda hacerse en el menor tiempo posible y con la menor afectación para miles de personas que viven del turismo en el país.
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