10 de diciembre de 2023
El sector turístico en Colombia no va bien. A pesar de algunas interpretaciones del Gobierno Nacional, que celebran el crecimiento de visitantes internacionales, la verdad es que diferentes gremios del turismo han manifestado su preocupación por las cifras con las que está terminando el año.
La última cifra que ratifica el mal momento del turismo tiene que ver con el número de pasajeros que han sido movilizados por las diferentes aeerolíneas en rutas nacionales. "Entre enero y octubre han transitado 24,1 millones de pasajeros en vuelos nacionales, es decir un 12% por debajo del mismo periodo de 2022", señala un informe de Anato, la agremiación de representa a los agentes de viajes. Eso representa alrededor de 3 millones de viajeros menos que en 2022.
Sin lugar a dudas, la causa principal tiene que ver con el incremento en el valor de los tiquetes aéreos, producto de 3 variables que se dispararon este año: el precio del combustible que subió un 52% de junio a junio, la inflación en el país que fue del 13% en 2022 y sigue por encima del 10% anual y el alza del IVA que pasó del 5% al 19%.
A este panorama se sumó el cierre de 2 aerolíneas en 2023, Viva y Ultra Air. Eso redujo la oferta de sillas en el mercado, lo que automáticamente generó una presión al alza en las tarifas.
La presidente de Anato, Paula Cortés, destacó los resultados positivos de algunos destinos, aunque reconoció los impactos de la caída en el número de viajeros nacionales: “Si bien, este es un rubro que aún no logra los niveles que venía reportando el año pasado, en parte debido a la coyuntura aérea presentada en el primer trimestre de 2023 y que no ha permitido la recuperación de las rutas y frecuencias, hay destinos con alto potencial turístico que han visto un incremento en la llegada de pasajeros".
La Macarena, por ejemplo, reporta un crecimiento del 47% en la llegada de viajeros atraídos, principalmente, por Caño Cristales; Providencia y Tolú le sigue con un aumento del 44%, Nuquí, con un 28% y Bahía Solano, con 16%.
Sin embargo, como se observa, son destinos que mueven flujos pequeños de pasajeros, como debe ser, pues están ubicados en zonas de ecosistemas frágiles donde no es bienvenido el turismo masivo. En cambio, las rutas troncales, que representan el mayor porcentaje del mercado, vienen cayendo, con las apenas obvias consecuencias sobre toda la cadena turística.