Representantes de los gremios hoteleros de 60 países se reunieron en Nueva York para analizar el impacto que tiene Airbnb en la industria hotelera y plantear a los gobiernos posibles soluciones a los problemas que se han generado desde que apareció la plataforma en 2008.
Tras la reunión, los hoteleros firmaron una declaración en la que aseguran que este tipo de hospedaje destruye las buenas condiciones de los edificios residenciales, aumenta la inseguridad en los vecindarios pues no cumplen las normas de planificación urbana, no están regulados, ni pagan impuestos.
Para reestructurar las condiciones del modelo Airbnb, y convertirla en una plataforma socialmente responsable, los hoteleros plantearon 8 principios:
- Deben tener un número limitado de días al año para prestar servicio de hospedaje. Sugieren entre 30 y 60 días.
- Apartamentos promocionados a través de Airbnb no deben operar sin el consentimiento de propietarios y vecinos.
- Las comunidades deben ser protegidas. Si es necesario se debe prohibir o limitar esta actividad para evitar daños en los vecindarios.
- Los establecimientos deben ser seguros y accesibles, las regulaciones deben proteger a los huéspedes y los vecinos de cualquier riesgo que este negocio pueda traer.
- Las ciudades deben crear planes de acción para fortalecer las regulaciones, monitorear que se cumplan a cabalidad e imponer penalidades si es necesario.
- Los establecimientos de hospedaje deben pagar una regulación que incluya tarifas de registro para los huéspedes e impuestos a las plataformas.
- Todos los establecimientos de hospedaje deben pagar los mismos impuestos que asumen los hoteles (ventas, ocupación hotelera, seguridad social, recargos, entre otros).
- Las plataformas deben frenar la ilegalidad y estar dispuestas a denunciar ante las autoridades cualquier situación inusual.
Las asociaciones hoteleras acordaron una nueva reunión para finales de abril en Barcelona con el objetivo de definir un plan de acción que permita presionar una legislación mundial sobre este tema.
