El Líbano y Murillo, en el norte del Tolima, son una excelente opción para descansar y disfrutar de la oferta turística, de naturaleza y entretenimiento de esta región.
“Los esperamos con las puertas abiertas. Cada vez son más los atractivos que tenemos como destino, para todos los gustos y bolsillos”, afirmó el periodista y escritor libanense José Alberto Mojica, quien regresó a su tierra y ahora es uno de los anfitriones de ‘La Ranchita del Líbano’: una nueva casona cafetera que evoca la nostalgia y el patrimonio de los ancestros antioqueños y caldenses que colonizaron al norte del Tolima.
Y aunque moverse por cuenta propia es muy fácil, ‘La Ranchita del Líbano’ también ayuda a gestionar el transporte y las excursiones a los sitios de interés. Fincas cafeteras auténticas de El Líbano como San Carlos, El Cortijo, Las Mercedes, El Aguador y los Ángeles, entre muchas más, ofrecen recorridos por los cafetales mientras se observa ese paisaje que fue proclamado por la Unesco, en el 2011, como ‘Patrimonio de la Humanidad’. En varios de dichos lugares se puede hacer avistamiento de aves, con guianza bilingüe, teniendo en cuenta que Colombia es el país con el más grande inventario de aves del mundo y que en esta región hay varias especies endémicas.
Murillo: termales, lagunas sagradas y frailejones
A 40 minutos de El Líbano queda Murillo: ese pueblo de arrieros de casas coloridas de madera que conserva la arquitectura de ‘tabla parada’, con el Nevado del Ruiz como telón de fondo. En el camino vale la pena hacer una parada en El Agrado: un restaurante que mira a los espectaculares valles y montañas de la región y con senderos que llevan a un bosque de niebla.
Y después de caminar por las calles de Murillo, adonadas por sus casonas de madera en tabla parada y pintadas de todos los colores, y de disfrutar de una sabrosa oblea de arequipe con mora y de su legendario brandy con leche, vale la pena deleitarse con el café de altura en Café Salinas, producido por dos hermanos agricultores. Una buena opción para disfrutar de la comida típica de la región, como la trucha, es el restaurante El Tablazo, en pleno parque principal. Otra excelente alternativa es Villa Lore: un restaurante y glamping donde se puede dormir bajo las estrellas, atendido por el reconocido y carismático ortopedista libanense Carlos Alberto Piraquive. También se recomienda el restaurante argentino Casa Fuego.
Y también, Murillo arriba, se llega a las termales de La Cabaña. Una caminata exigente que comienza a las 7:00 de la mañana y termina sobre las 3:00 de la tarde, acompañada por miles de frailejones, y que llegan a unas termales de aguas medicinales y de colores, y a cascadas azufradas verdes, azules y amarillas, y más adelante a lagunas sagradas. La vista del Cañón del Río Lagunilla, por donde bajó la avalancha del Volcán Nevado del Ruiz que sepultó a Armero en noviembre del 1985, quita el aliento de tanta belleza.
Siguiendo en la vía hacia Manizales, que ya está pavimentada en su mayoría, se llega a las termales de El Sifón: un río de agua termal que nace allí mismo, y por eso permanecen calientes. Quedan a pocos metros de la carretera y es posible meterse allí, en sus aguas calientes y medicinales.
Aventura, nostalgia y arqueología
Los amantes de la aventura y la arqueología encuentran, a apenas hora y media de El Líbano, el destino ideal. Se trata de la Ciudad Perdida de Falan, vestigios de las minas de Santa Ana, explotadas por españoles e ingleses, y que estuvieron perdidas en la selva durante varios siglos. La caminata requiere cierta exigencia física, pues es necesario, primero, descender un cañón durante un recorrido de una hora y media, en promedio, en el que se observan las bodegas y otras construcciones centenarias, levantadas en piedra, donde se almacenaban el oro y la plata que de allí extraían. También se atraviesan varios túneles, de entre 20 y 40 metros, por donde se transportaba ese material precioso. De hecho, hay otros túneles descubiertos, aunque no están habilitados, por donde sacaban el oro y la plata a poblaciones cercanas como Mariquita y Honda, también en el norte del Tolima. Otros dos destinos que bien se podrían visitar. En el río que baña a la Ciudad Perdida también se pueden hacer prácticas de aventura como torrentismo y canopy.
En el regreso a El Líbano vale la pena hacer una parada en las ruinas del otrora próspero municipio de Armero, que desapareció en 1985 tras la avalancha del Volcán Nevado del Ruiz. Allí, en medio de las edificaciones que aún se sostienen en pie, se ha venido implementando una interesante propuesta de turismo de memoria histórica, con museos y monumentos. También vale la pena hacer una parada en el corregimiento de Convenio, donde venden los más exquisitos chorizos de la región.
Otros planes en El Líbano
Dentro de El Líbano se puede visitar la Casa de la Cultura Luis Flores, con su fuente de piedra rodeada de jardines, y con museos que les rinden tributo a los célebres escritores e intelectuales libanenses. Una cuadra abajo queda la Plaza de Mercado, donde se pueden conseguir verduras y frutas frescas, y deleitarse con tamales, caldo de pajarilla y con la emblemática Lechona de los Carillo; puestos de venta de hierbas y otros negocios tradicionales. Y por supuesto, allí se consigue el sabroso Salchichón Tovar, elaborado con especias del medio oriente y el plato más emblemático del pueblo.
Para disfrutar de un exquisito café producido en estas tierras, están los legendarios Café Águila y Moca, en el parque principal; y para los paladares más exquisitos se destacani Casa Artesandia y Cafebojo, donde, además, se pueden adquirir bonitos recuerdos con la imagen de El Líbano. Nativa y Zaku son dos sitios recomendados para tomarse una buena bebida de café y la más exquisita repostería. Y en las noches, vale la pena disfrutar de las pizzas artesanales de Trópico, en un sitio bellamente decorado, con un árbol en el patio.
A 15 minutos del casco urbano queda la vereda La Trina, cuyas fincas fueron adaptadas con piscinas y restaurantes para recibir a los turistas. Allí se destaca Mineima, que ofrece servicio de alojamiento y un restaurante donde preparan los más selectos platos de la cocina local e internacional. Y desde allí se observa un bellísimo espectáculo natural al atardecer: miles de garzas que llegan a dormir a un árbol gigante y centenario.
Al otro extremo del municipio, en los miradores del sector de La Polca, queda Sky: un restaurante y glamping que ofrece las mejores vistas de todo el norte del Tolima. Los amantes de la naturaleza pueden visitar la reserva ecológica Santa Librada, un paraíso de biodiversidad que ya lleva varias décadas de restauración ecológica y a donde han vuelto decenas de aves y mamíferos cuyas especies habían sido desplazadas por la expansión de la frontera agrícola.
¿Dónde dormir?
‘La Ranchita del Líbano’ es una nueva casona cafetera dotada con seis confortables habitaciones, con colchones y ropa de cama de primera categoría, con televisión con acceso a Netflix, Wifi y amenities franceses. Queda a tres cuadras del parque principal, en la carrera 14 No. 3 - 63. Tarifas desde 150.000 pesos para una o dos personas en acomodación doble, dependiendo la temporada, con desayuno incluido. Las mascotas son bienvenidas en nuestra casa. Teléfonos: 313461755 - 3115630647.
En Murillo se recomiendan los hostales Casa Paraíso (3193646166) y Casa Frailejón (3123705421)
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