Por: C.S. – Periodista Juan Carlos De La Cruz Pérez Pérez
Al sur de la ciudad, el cerro del Panecillo con su imponente Virgen de la Inmaculada. Al Norte de Quito, muy al norte, el nuevo aeropuerto de la ciudad como símbolo del progreso de esta ciudad en los últimos años. La visa estrecha que nos lleva del casco histórico al cerro se diferencia de las gran vía de triple calzada que integra la nueva terminal a la realidad moderna de una ciudad donde se dice que el progreso se lo deben a los chinos con quien Ecuador ha quedado empeñado de por vida.
Quito, la capital de los ecuatorianos que reclaman en sus paredes del centro el descubrimiento del Río Amazonas. Quito. Bordeado por cordilleras y volcanes, se descubre ante el mundo por lo famoso del arte quiteño en cada uno de sus templos, conventos y calles que lo vuelven una mezcla coqueta entre lo antiguo y lo moderno. Son más de 50 kilómetros de norte a sur para recorrer por toda la arteria cada una de las calles y avenidas para disfrutar del color blanco de sus construcciones en el Norte y lo folclórico y colorido de los vestuarios indígenas del Sur. Eso es Quito. De Oriente a Occidente el recorrido de un sol tímido que se mezcla con las nubes y lluvias permanentes para darle el frio a una ciudad que es cálida en su hablar y dialecto.
Quito. Oficialmente San Francisco de Quito. San Pacho, patrono y presencia en la mayoría de los templos de la colonia de un casco histórico que se renuncia a desaparecer a pesar de la invasión de una construcción del Metro en pleno corazón de la historia de la colonia. Quito, declarada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978 se deja ver en lo alto a través de sus torres de iglesias y los centros y museos donde la Casa Presidencial, el Palacio de Carondalet, en la plaza Mayor guarda toda la historia de la conquista y la colonia.
La Basílica del Voto Nacional preside ese listado de templos que en conjunto con la Catedral Metropolitana, la Iglesia de la Compañía, el templo de San Francisco, las iglesias de El Sagrario y Santo Domingo se dejan fotografiar desde un cerro como Panecillo el cual es el gran símbolo de la ciudad religiosa y tradicional. La ciudad de la Mitad del Mundo es uno de los grandes referentes de las maravillas de Quito y el teleférico al Volcán Pichincha nos lleva más alto de las estrellas para rendirnos ante la majestuosidad de la naturaleza. El Volcán del Cotopaxi, es el rey de la naturaleza que ruge en silencio ante una ciudad que se desarrolla con un gobierno amado y odiado a la vez.
Quito es capital y ya eso de por sí la enmarca en la complejidad de las metrópolis mundiales. Hay modernidad, pero atrae más el silencio de las calles de casco histórico. Hay comercio, industria, cacao, dulces y café con marcas propias de reconocimiento internacional. Sus razas y composición étnica la vuelven una ciudad multicultural. Mestizos, blancos, afro ecuatorianos, indígenas y montubios hacen de su población una torre de Babel al estilo quiteño.
Para el 2019 se prevé la inauguración de la primera línea del Metro. El Sistema Metropolitano Integrado de Transporte con su red de autobuses, dinamizan una ciudad donde se convive con una gastronomía propia basada en maíz y productos de mar.
Qué lindo Quito. Los colores de su bandera nos recuerdan la Gran Colombia. Un sueño bolivariano acabado por la mediocridad de nuestros mandatarios. Un sueño que si bien no es político nos unen vínculos desde lo deportivo, tradiciones y ruanas de lana. Qué lindo el Quito de las artesanías de siempre y los altares quiteños en cada templo donde los indígenas dejan sus ofrendas como acción de gracias por las bondades de la tierra.
Quito, capital de la Republica de Ecuador y de la Provincia de Pichincha. Es la capital económica del país y centro de referencia para el meridiano occidental. Quito la del Amazonas y la de la Cordillera de los Andes. Quito, la ciudad divida por 32 parroquias urbanas tienen con los Santos de la Iglesia Católica, tema suficiente para los cantos y bailes folclóricos donde las danzas y bambucos alegran el folclor ecuatoriano. Sigue así Quito. Te ves linda desde lejos. Alegras y animas desde cerca. La Virgen del Panecillo cubre con su manto de metal la inmensidad de una ciudad que progresa a partir de su tradición.