Por Victoria Huertas, Directora regional de Airlines, Amadeus Latinoamérica
Hasta hace poco tiempo las compañías aéreas en el mundo encajaban en dos categorías basadas en sus modelos de negocio. Por un lado, las aerolíneas tradicionales de "servicio completo", y por otro, las compañías de bajo costo con una oferta más despojada y un modelo operativo simplificado. Hoy en día, no es tan simple. A medida que las aerolíneas fueron explorando nuevas formas de asegurar el crecimiento y expandir su base de clientes tanto a nivel nacional como internacional, comenzaron a evolucionar sus modelos de negocio, tecnología y, por supuesto, su oferta de productos, servicios y rutas aeroportuarias.
Así aparece un modelo híbrido, que combina de forma única el negocio de aerolíneas tradicionales con propuestas de bajo costo. En los próximos años, la industria clasificará los tipos de aerolíneas basándose en tres parámetros: opciones de productos y merchandising tales como comidas durante el vuelo, clase de cabina y salones, el nivel de servicio y comodidad y, finalmente, la conveniencia a través de la sincronización de vuelos, la ubicación del aeropuerto y las posibles conexiones.
Durante la última década, América Latina ha sido testigo de los avances de la industria. Sin ir más lejos, cabe destacar que el tráfico de pasajeros de vuelos regionales o domésticos pasó de 162 millones en 2006 a 320 millones en 2015, según cifras de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. En otras palabras, el potencial del mercado es enorme y los actores de la industria lo saben.
Así es que las aerolíneas de bajo costo despegaron con fuerza. Luego de haber probado su éxito en mercados aéreos robustos como Brasil, México y Colombia, hoy fijan su mirada en otros países de la región. Pese a que entre 2011 y 2016 estas aerolíneas se hicieron con el 53% del crecimiento de la actividad en la región (según datos de ALG), mercados como Argentina recién comienzan a advertir su llegada, con clientes que demandan tarifas flexibles, adaptables y personalizadas.
Cuando hablamos de la “maduración” del modelo ‘low cost’ en la región, debemos entender que no se trata solamente de la llegada de estas aerolíneas, sino de cómo la industria en general ha tenido que reinventarse para ir de la mano con la tendencia “bajo costo”. En ese sentido, las agencias de viajes y operadores turísticos no son la excepción. Cada vez más, todos los actores del sector priorizarán la inversión en tecnología para diferenciarse y ofrecer un servicio más personalizado. Hace algunos meses lanzamos “Amadeus Light Ticketing”, una solución tecnológica que facilita la oferta, búsqueda y venta de vuelos de aerolíneas de bajo costo, además de asemejar el flujo de venta de compañías de bajo costo con el del resto de líneas aéreas regulares.
De acuerdo a cifras de la CAF, el tráfico aeroportuario se triplicará en los próximos 24 años y la región de Latinoamérica contará con cerca de 25 aeropuertos de clase mundial que permitirán el desplazamiento de más de 25 millones de pasajeros al año. A la luz de esas cifras, las aerolíneas que prosperarán serán aquellas que puedan ofrecer el mejor servicio al cliente, aprovechando alianzas con otras aerolíneas y experiencia en tecnología para innovar y posicionarse en un mercado estrechamente ligado a las expectativas del viajero. El llamado modelo ‘low cost’ en la región tendrá mucho trabajo por hacer y desafíos por sortear, pero por sobre todo, un sinfín de oportunidades para seguir creciendo y demostrando que llegó para quedarse.