Por: C.S. – Periodista Juan Carlos de la Cruz Pérez Pérez
Sí, es Colombia. Es el Catatumbo, es la región cerca a Venezuela, pero con todo el sello de nuestro país en todo lo que significa la cultura Norte santandereana. Es la Colombia de los estoraques, de la geografía montañosa y de una región llena de verdes y altas montañas, donde la Cordillera Oriental es el gran monumento nacional para disfrutar.
Norte de Santander, un destino por descubrir. Turismo de naturaleza, reto para conductores que disfrutan de carreteras llenas de vértigo y con paisajes y miradores que nos hacen inclinar ante la belleza de unas pinturas de verde poco conocidas en el interior del país. Biodiversidad, gastronomía de contraste, climas cálidos y templados, territorio exuberante. Eso es Santander del Norte como nos enseñaban cuando apenas aprendíamos los departamentos de nuestro país en la primaria de otras épocas.
El corredor Nororiental nos lleva desde Ocaña hasta Bucaramanga, recorriendo poblaciones que en el mapa aparecen, pero que no se mencionan en el día a día del turismo citadino o de costa. Este corredor es uno de los 12 definidos por el Ministerio de Comercio, Industria y Comercio del país. Se integran los dos santanderes para engalanar una región llena de historia y patriotismo alrededor de Francisco de Paula Santander.
San José de la Playa de Belén, su gran atractivo. Este pequeño municipio cerca de Ocaña hace parte del registro mundial de los pueblos lindos de Colombia. Que verdad tan absoluta. Es el verdadero pesebre, adornada por estoraques en vez de musgos y aserrines. Los estoraques milenarios gigantes de piedra esculpidos por el viento y el tiempo te llevan a observar un fenómeno natural extraño y majestuoso a la vista del pueblo colombiano y los turistas de todo el mundo.
Ocaña, donde el Obispo todavía es importante para presidir las ceremonias de Semana Santa, conjuga la historia de la gran Convención, con la arquitectura de su Centro Histórico y la linda Catedral que recupera su retablo central como parte del patrimonio de la religiosidad popular. La Virgen de Torcoroma, con su santuario del agua de la Virgen es visita obligada de los peregrinos. Torcorama, el nombre de lindas ocañeras es motivo de orgullo en el alto de la montaña cerca al casco municipal. Sus cebollitas y demás golosinas saborean la belleza de las lindas mujeres que sobresalen por sus ojos y simpatía. Anton García, su fantasma de años atrás, sigue como buen portero dando la bienvenida al casco urbano.
Pamplona, la ciudad universitaria de la región, se engalana por sus lindos templos y tradiciones de Semana Santa. Procesiones para todos los gustos, de niños y adultos, se visten de gala con el gran desfile de sus bandas marciales de guerra, que, con sus tambores y trompetas, llaman a la ceremonia y majestuosidad. Pamplona, nubes bajas llenas de cultura y remembranza. Su parque principal con su Catedral que simula una pequeña capilla de pueblo. El Santuario del Humilladero, el parque Agueda Gallardo, el templo del Huerfanito y las demás capillas y templos de la zona urbana, crean un ambiente propicio para recorrer los siete monumentos del jueves santo.
La Provincia de García Rovira, con Cúcuta, Pamplona, Cacota y Chitará, es un recorrido obligado para recorrer la capital y disfrutar de la tradicional semana santa en Pamplona.
La ruta de la historia y la belleza natural única se hace entre Ocaña y Cúcuta, disfrutando de Abrego, La Playa de Belén y su gran Área Natural Única de los estoraques.
La ruta de los caminos chitareros con Cúcuta, Bochalema, Durania y Chinácota engalana la región con belleza turística y sitio obligado para el disfrute de las fresas con crema y caminatas ecológicas para todas las edades. Chinácota, la casa bonita, te permite disfrutar de paisajes, hermosas flores y postres típicos que saborean en la mañana y las tardes calurosas.
Ocaña, La Playa de Belén, Abrego, El Zulia, Cúcuta, Durania, Bochalema, Villa del Rosario, Pamplonita, Pamplona, Chinácota, Cácota y Mutiscua, hacen parte de una región y geografía, donde la naturaleza tiene otro sabor y el Páramo de Santurbán, preside esa riqueza natural que se debe conservar ante los deseos de multinacionales que quieren llegar a explotar los recursos naturales.
Cúcuta, como capital, tendrá que pensar mucho más su concepto turístico. La problemática social hoy le exige que sus atractivos y como el nuevo Cerro del Nazareno y su Malecón, tengan más sentido para los turistas que se acercan a esta región después de tanta estigmatización y reseña roja. Sin embargo lo rural de este departamento acoge con creces lo que la aventura de recorrer este país nos permite y nos registra en una memoria llena de fotografías y lindos recuerdos con Antón y Monseñor Gabriel Villa, quien con su orientación y referencia nos acogió y le dio sentido a un destino aun por conquistar.